Pensamiento occidental, siglo XII


Como el furor que llevan las aguas de una creciente, así las ideas del  siglo XII se deslizan preñadas de nuevos bríos. Además de las disciplinas siempre enseñadas del quadrivium (aritmética, astronomía, geometría y música) el pensamiento cristiano se ha dejado enriquecer tanto por la filosofía de la antigüedad clásica y del hermetismo alejandrino como por la mística judía e islamita.
El inglés Robert de Chester sería, de acuerdo a lo que indica la tradición, uno de los primeros estudiosos en traducir textos árabes al latín. Ahora hay voces que se elevan contra la ortodoxia intransigente, Abelardo de Bath entre 1116 y 1142 escribe y se permite decir cosas como ésta:
Mis maestros árabes me enseñaron a seguir la razón; por el contrario de vosotros, a quienes subyuga la apariencia de la autoridad, seguís vuestro ronzal*
A instancias del islamismo, la alquimia pasa a ser considerada un “vehículo espiritual” puesto que, según se entendía, las mutaciones que sufre la materia ponen de manifiesto las analogías existentes entre el macrocosmos y el microcosmos. La alquimia, arte sagrado, motiva un deleite por lo oculto y maravilloso mientras que desde Francia la Escuela de Chartres predica una angelología integrada a  conocimientos astrológicos e incluso geománticos. Aunque en cónclaves secretos, la teúrgia (prácticas mágicas) prohibida por Agustín de Hipona, se abría paso.



Como es lógico, Geoffrey de Monmouth es un producto de su tiempo y su obra no sólo lo muestra cabalmente sino que deja sentadas las bases que sabrán abrirse a los cambios de criterio en la aprehensión del mundo que, como un espejo según pasen los siglos, reflejará la leyenda.

*Jean Paul Corsetti, Historia del Esoterismo y de las Ciencias Ocultas, Ed.Larousse Argentina S.A.I.C., 1993, Traducción Eduardo Gudiño Kieffer, pg 110

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